viernes, marzo 16, 2012

Donde se habla de un viejo cuento

Aquí les comparto esta reseña sobre una antología donde publiqué un cuento que escribí hace algunos años, la idea surgió teniendo en mi cabeza el ritmo y el terciopelo de la canción TRAGEDY de los Bee Gees, no sé por qué, es más el cuento en sí no tiene nada que ver con eso, pero así sucedió esta idea, que era el título original del cuento. Lo comencé a escribir y lo primero que apareció fue algo cayendo de los árboles, algo que golpeó con su nombre, era Windsor y así, con esa mutación comencé a ingresar a ese universo que iba además nutriéndose de mi circunstancias personales. En ese momento vivía en Leicester, una extraña piedra olvidada de la corona inglesa, y también vivía en una ensoñación de Londres, en un par de semanas  que pasé ahí, habitando esa ciudad como si estuviera dentro del cuento TRAGEDY.

He llegado a oir en algunas zozobrantes mesas literarias, que las obras, cuando son explicadas por el autor, pierden cierto interés. Yo no resistí la tentación de al menos contarles un poco, tomando en cuenta que para mí uno de los grandes dones de la escritura es que puede invadir de tal modo tu conciencia que se convierte en un estilo de vida, en una exploración de múltiples entornos desconocidos al precio de un sólo viaje en metro.


Aquí el enlace donde pueden leer el cuento y una reseña que trata en parte este cuento cuyo título final muto de Tragedya a BREVEDAD DE LAS HORAS y que forma parte del cuerpo de imaginaciones oscuras que integran el libro EPIDEMIA DE ZOPILOTES.

Fortuna

jueves, marzo 15, 2012

Guerra de secesión en mi finitud

Lectores que aún persisten a la prolongada estancia de este espacio en las telarañas espectrales del abandono. Manipulando los hilos de la realidad, la ficción se ha apoderado de mis días, como que vuelvo porque en este vagabundeo del walking around he caído a una isla, una muy distinta, que es interior y simplemente.

Cuando inicié escribiendo aquí en los añejos inicios del milenio dedicaba mi vida a las emociones, en especial tenía una filiación con la tristeza, la melancolía y las navegaciones al cuerpo de las musas. Hoy las puertas de las posibilidades ya son espacios abiertos, se han derribado ciertas torres impenetrables y las emociones se convirtieron en misterio.

Cuando los ecos vuelvan del carnaval convertidos en premoniciones, sólo entonces, me habré considerado digno de la belleza.


Divago porque es la madrugada y si me permiten una revelación, les diré que he vuelto porque en 2012 parece que los únicos paraísos serán digitales, pero extraño esa otra realidad distante, la que se podía tocar, la que estaba hecha de aire y cielos verdaderos, las manos que se tocaban para corroborar su presencia, ese momento de los años primeros de las redes que sucedían mientras nosotros estudiábamos para pertenecer a un mundo que ya se derrumbaba, no sé, son memorias que quizá sólo yo entienda o perciba, pero a ustedes me encomiendo para darle sentido.

Escribo para buscar una mano verdadera.

Otro día, quizá, seré más simple.