jueves, mayo 27, 2004

Atardece en Playa Progeso

No estoy afirmando lo que sucede cada tarde. Atardece una sola vez en Playa Progreso, porque es una playa personal, un lugar que yo he inventado o reinventado como quiera vérsele. Playa Progreso es una ficción. Mi ficción cotidiana. Este lugar donde todos los días me meto al mar y nado, nado de lado a lado de la alberca imaginaria que me propuse. Salgo y me seco con la brisa y el sol. Pienso en la fragilidad de la vida y al mismo tiempo me lleno de un poder parecido a la comprensión de la muerte. Además hoy pisé una cancha de fútbol, un pequeño estadio de ciudad pequeña(pueblo grande). Entrenaba un equipo, pisé el campo e imaginé mi despedida de las canchas, imaginé lo que sintió Maradona al retirarse. Claro lo imaginé porque no hice nunca una carrera en fútbol, pero amaba jugar, sentir el aire, la pelota, la sensación del gol, el sol, la camaradería única del campo de juego. Extraño el fútbol. Al terminar la práctica le dije al entrenador que si me dejaba entrenar con ellos. Muy accesible me dijo que si, que el sábado habría un "Molox" es decir una cascarita, un juego informal. Volveré a entrenar, a jugar, renovaré mi edad. Me hice viejo demasiado pronto. Ahora comienzo a entender más cosas sobre el tiempo. Y así con todo esto, caminaba por el malecón. El crepúsculo es de por sí un portento. El crepúsculo marino es único. Atardece en Playa Progreso. Es un buen día para la poesía. Desde que amaneció estuve leyendo a Becerra. José Carlos Becerra, poeta incomparable, qué aliento. Bueno hoy escribo sólo para saludar y para invitarlos al mar. Visítenme, esta casa es suya y Playa Progreso también. Hasta entonces...

martes, mayo 25, 2004

Textos que pudieron ser

He pensado mucho en lo que se puede poner aquí. La virtud de un espacio como este es tener una válvula de escape creativa. Cuando nada de lo que tengo que decir cabe en un cuento un poema o una novela u otro género, entonces lo pongo aquí. Debo decir que un centenar de ideas se quedan en mi poco confiable cabeza o en libretas desordenadas que un día un fanático (e imaginario) lector sacará del polvo para darse cuenta de que eran poca cosa. Este mismo post que de pronto iba a contener varias cosas ya se me extravió un poco porque olvidé algunas ideas, pero bueno tampoco es importante, esto, al igual que mis libretas vale para muy poco. Ah ya me acordé, iba a escribir cómo hoy mientras cantaba en el coche y en mi casa, o escuchaba algunas canciones, pude recordar momentos pasados de mi vida, pero no sólo eso sino que también me di cuenta (y lo hacía desde antes sin racionalizarlo como tal) que puedo recordar el futuro. Esta es una de mis distracciones más consistentes. La soledad por ejemplo no me es tan difícil. Tampoco la oculto con los recursos más sencillos, televisión o renta de películas blockbuster (aunque si lo hago con cierta frecuencia montuna). Dejo mucho tiempo para otras cosas, como cantar, leer, escribir, meterme a internet con una pregunta, por ejemplo, cuándo comenzó la guerra civil en Colombia. Con esta pregunta puedo llegar incluso a páginas donde se habla de inventos para lograr la vida eterna, obviamente japoneses (ahora que superficialmente se acepta que todo lo oriental es místico, sabio y profundo). En fin que los viajes por la red pueden ser una maravilla. Pero esto no es todo, también dedico mucho tiempo a caminar, observar y llenarme del mundo, reparar en los colores, las formas del entorno y al mismo tiempo generar y responder preguntas, tejer historias, respirar profundo, recordar pasado, presente y futuro. Hoy algunas canciones me recordaron algunos momentos de mi viaje a Bolivia. Otras me llevaron a Diciembre pasado, otras a una ya lejana y extraña fiesta hace como 19 años. En fin hoy queda en mi vida como un buen día interior. También estuve nadando en el mar un rato, caminando por la playa, limpiando la casa, hablando con amigas y amigos muy queridos, no sé, los días son muy largos y aunque se vayan con prisa, alcanzan para tanto. Ya ven, este es un texto que pudo ser y terminó no siendo nada. Iba a escribir una historia sobre el último diálogo entre Eva Braun(¿así se escribe su apellido? buena pregunta para empezar a navegar en Internet.) y Adolf Hitler; un diálogo erótico apocalíptico y al mismo tiempo lacónico. También un instructivo: "Instrucciones para morir de tristeza" que surgió en un centro comercial al ver a dos empleadas en una tienda de telas. Cabe mencionar que el que muere de tristeza es uno, no las empleadas. Otro hablaba sobre el síndrome postinvasión de cucarachas donde todo lo que se mueve es un insecto y uno comienza a ver insectos donde sólo hay un papel, una sombra o nada. Otro sobre los olores (ahora que mi casa ha sido sitiada por el fantasma del error de Mayo). Otro sobre las películas de Hollywood en cartelera y los ya agotados paradigmas y cómo nos acercamos a una segunda crisis del cine como aquella de los ochentas (que muchos dicen terminó con CINEMA PARADISO, recuerdo esos tiempos donde ir al cine en Domingo era cosa de empleadas domésticas,eufemismo que me molesta tanto como decir sirvientas(debería hacer algo sobre este tema)) A propósito de esto del cine de Hollywood encontraba mi paradigma vital y lo mezclé con una frase de Jane Austen que se aclama como verdad universal "el siguiente paso de un hombre joven con fortuna es casarse"(algo así) y bueno aunque yo no tenga fortuna y por lo tanto no me casaré pronto (supongo)(aquí me pregunto qué demonios tenía que ver entonces Austen en todo esto), continuo, respecto al paradigma de Hollywood, todo solitario perenne que inicia una búsqueda, termina logrando su objetivo SIEMPRE acompañado de una bellísima mujer embonadora absoluta del deseo unívoco del macho. Esta aseveración se puede comprobar en cualquier cine a su alcance(en cualquier lugar del mundo; ¿no es esto, también, preocupante?) Cómo funciona esto en mi vida sin ser tajantemente igual, no lo recuerdo pero sería bueno preguntármelo alguna vez. Podría seguir toda la madrugada divagando pero por respecto a ti lectora, lector que me soportaste hasta aquí, debo terminar esta frívola perorata. No sin antes hacer una promesa de escribir pronto algo mejor (si conoces mi página sabrás que esto nunca lo cumplo, pero prometer (virtualmente en el espacio virtual) no empobrece. Saludos a Argentina y Colombia, amigas, amigos del sur, pronto nos veremos y sabremos qué hacer con los abrazos. Hasta entonces.



P.D.- Hoy Wilberth (empleado mil usos, salvador de tragedias cotidiano, amigo y alumno de guitarra) me pidió algunos consejos del tema mujeres. Le dije, sabes qué Willy, sé original, diles lo que te provoquen, pero sobre todo diles la verdad. Esto obviamente no llevará a nuestro amigo a tener éxito con las mujeres, pero estoy seguro que si lo pone en práctica estará más relajado y alegre cuando se acerque a ellas. Obvio es que tampoco voy a hablar de este tema y de la alquimia personal en este medio, además, sería tanto como decir que yo sé algo especial y si analizamos mi historia amorosa, las conclusiones nos llevarán a un sólo libro TANTADEL de René Avilés Fabila, de quien hablaré muy pronto. Buenas madrugadas.

lunes, mayo 24, 2004

A propósito de latitudes y distancias

Tal vez el mar ayude mucho. El fin de semana me regresó al camino creativo. A pesar de lo mucho que amo Puebla, la ciudad me impide escribir. Puebla es una nostalgia permanente. También un sin fin de posibilidades fraternizantes. Puedo salir a tomar un café al centro y terminar en una tertulia inolvidable, encontrar a un amor del pasado remoto o tropezar con mi propia ambición. La cosa es que estando en Puebla escribo poco. Ahora, de vuelta al mar, he visto crecer mi incipiente acumulación de letras a las que suelo llamar obra. La inspiración es un factor en el que creo. Pero la inspiración tiene que encontrar un campo pertinente para fluir. Han sido días intensos en varios sentidos. También de lectura y nostalgia creativa. Pero por qué denominé esto latitudes y distancias. Haciendo una reflexión, el amor en los últimos años de mi vida se ha fraguado en la distancia. Eso, según le comentaba a una amiga muy querida (Daniela) me daba suficiente dosis de inspiración y el espacio necesario para transformar la inspiración en letras que alguna vez quisiera llamar literatura. Pero este comentario también es parcial. Ningún amor me ha sostenido tanto como el de la cercanía, y a la manera de Aleixandre, yo también prefiero la vida antes que la poesía (aunque parcialmente en mi experiencia la vida sin poesía no existe). En realidad todo este palabrear cosmofatídico(reacción natural de leer a Da Jandra es la de atreverse a inventar palabras)obedece a que ninguna explicación para esta creatividad a mares sería posible sin ella y sin la persistencia de quedarse sentado y escribir y escribir y escribir. Ahora me doy cuenta que este párrafo no explica tanta creatividad, pero a esta altura, las 12:38 de la madrugada del domingo, estoy agotado y con ganas de correr al mar y conocer de noche la sal en el cuerpo, una sal distinta a la que conozco y amo tanto de despertar ungido de la musa y su desnudez. Creo que he dicho demasiado sin llegar a nada, cuestión por demás frecuente en mi vida. Cuando esto pasa suele obedecer a una negativa a decir lo que pasa al fondo, muy al fondo de mi alma.









viernes, mayo 21, 2004

Proyecto Mitra Cap.II (por TaK Galahad y editado por mí)

La noche flotaba como un manto de hiedra sobre Europa. Arrastrado por el insomnio caminaba por los jardines de la Karlplatz de Viena, dejando una estela con el humo de su cigarrillo. Joseph Davenport apresuraba el paso para refugiarse en el Ressel Park café a unas cuadras de ahí. La iglesia de Karlskirche observaba la noche detrás de Davenport que bebía el café como si fuera un vaso de agua fría. Ordenó una taza más al camarero. Observaba la fotografía que sacó de bolsillo del pantalón y una carta contenida dentro de un sobre color ocre. Lo redactado en aquella carta era casi ilegible. Davenport intentaba relajarse, limpiaba sus anteojos empañados por el vapor que escapaba de su expreso. De nuevo, intentó descifrar lo que su viejo amigo e inderrotable contrincante de ajedrez, Minatrelli, quería decirle. Súbitamente, el camarero se acercó provocándole un tremendo susto al cliente solitario haciéndolo derramar parte del café sobre la carta. Tras la disculpa del mozo, Davenport se dispuso a observar con detenimiento la imagen de ese hombre de rasgos franceses capturada en alguna avenida parisina, tal vez cerca del Arc de Triomphe. Aquel hombre llevaba puesta una gabardina negra, guantes de piel y un sombrero. Podía notarse cierta profundidad y temor en su mirada, como si hubiera sido la muerte misma quién tomara aquel retrato. Su rostro denotaba una expresión gris de hastío. Davenport desconocía a ese sujeto, al igual que el nombre escrito con la misma tipografía complicada del Doctor Minatrelli en el reverso: Rocheteau.

Davenport sacó unos chelines para dejarlos sobre la mesa, tomó el sobre y guardó en él la carta, pero conservó la fotografía en su mano intrigado porla borrosa silueta de una mujer cuya figura le resultaba familiar. Siguió su camino para internarse en los jardines del parque. Una vez ahí, se acordaba de Minatrelli y de la mujer que creía identificar en el retrato, la cual aparecía como un espíritu para abrirle al viejo agente una puerta a la memoria. La sombra de Davenport se disolvía en la bruma mientras se alejaba y en su mente toda imagen tenía un hálito lejano de recuerdo, de tiempos mezclados, de rutas ultramarinas, de caminos y polvo revuelto.



martes, mayo 18, 2004

Wandering y otras formas de gozo

La simpleza de ir al supermercado a comprar un baygon verde me dio ciertas claves para irme sumergiendo en el misterio de estar vivo. El gusto por estar solo me viene de años, pero hoy, mientras pensaba en la soledad que me aguardaba en mi casa, a oscuras, iluminándome con unas velas, me alegré, me recorrió ese sentido que le da a mi vida la imaginación y la poesía. A veces, y a pesar del pantano en que he caído desde hace tiempo, logro identificarme con la plenitud. Hoy, mientras leía por la mañana el segundo libro de una de mis trilogías favoritas "ENTRECRUZAMIENTOS" de Leonardo da Jandra, descubrí cuál es el punto donde más necesito trabajar para recuperar no sólo el camino sino para de verdad estrujar las posibilidades más profundas del vivir: METODO. Esto puede parecer precipitado, las(los) invito a leer estas novelas para descubrir a qué se refiere el método visto de esta forma. Pero lo importante es ubicar ciertas claves de entre lo más sencillo y simple como caminar sin buscar algún lugar que establecer como destino. Tal vez, caminar para llegar a uno mismo. Eso producto de la casualidad más que de la búsqueda orientada. También aproveché la tarde fresca y caminé con rumbo opuesto al malecón, me senté en una lancha sobre la arena para observar el mar y sentir, a manera de brisa, los dedos de la vida acariciándome. El mar. Siempre es bueno reflejarse en el mar. Quiero decir muchas cosas, pero hoy me gana la calma, la sensación de una tregua con los peores problemas del mundo, hoy, aquí, me siento inexplicablemente alegre. Cómo es posible que tanta ruina, tanta punzada mortal, termine por disolverse en la aparente simpleza del rumbo cotidiano. Desde aquí mando un saludo a Estrasburgo, ese París pequeño, donde una mujer, que siento tan cerca del olor del café o una película en blanco y negro de Truffaut, camina, y a veces recuerda lo mismo que yo y sonríe.

Un caotico retorno y el persistente olor a muerte

Ademas de eso nada fue tan mal. Debo reconocer que bien me senti al llegar a Merida y volver al mar de Puerto Progreso. Todo estuvo bien salvo que al regresar me pasò lo que al papá de Mafalda y encontré un montón de cuentas por pagar al volver del veraneo. Pero no fue lo peor también que me habían cortado la luz, el teléfono y el agua. Dejé en el congelador mi reserva de comida hasta Junio, misma que hoy saborean las fauces de la podredumbre una vez que pasaron 15 dias descomponiendose, me siento un poco abrumado por todo esto(al fin conocí el bruto olor a muerte). Es bueno aprender de este mal calculo. A estas alturas todos los costos de haber ido a Puebla paracen ser inmensos, economicos, físicos, morales, amistosos, y muchos más. La vida me pasó unas facturas inimaginables y aún sigo pagando. Estoy muy cansado, sólo quiero avisar que una vez más volveré a escribir aquí con más frecuencia. Puebla suele darme mucho de que escribir pero no tiempo ni calma ni soledad para hacerlo. Vuelvo al mar, a este mar del que quiero platicarles más. Hoy sólo quiero dormir un poco y recomponer todo. Hoy también empecé el taller de "Iniciación a la escritura poética" en la Autónoma de Yucatán, está interesante, hablaré más de esto. Abrazo a todas y todos los que leen. Y a las personas cercanas a mi vida y corazón, les envió desde aquí mi voz de nostalgia. Hasta entonces...



miércoles, mayo 12, 2004

Carta para una mujer en la distancia

Hace unas horas volví a estar solo. He pasado ya varios días en Puebla. Más de los previstos. Extraño el mar. Mi pequeña casa en la playa, las mañanas de gaviotas y pelícanos, el sonido del agua y la calma y soledad donde nacen las letras que alguna vez leeremos juntos. Si pudiera platicarte todo lo que ha pasado desde que volví a Puebla, verías como la vida termina por convertirse en una sucesión de fantasmas y lugares que son nombres soñados. Te escogí como destino de esta carta porque de alguna manera conoces a profundidad todo de mí. Ahora, imaginarás que escucho a Lila Downs y tomo agua fría. Sabrás que es de madrugada y que he pasado algunas horas evitando escribir porque cuando escribo cartas es solamente para descargar la sensación de hartazgo, ese hartazgo propio del exceso de sensaciones y desgaste físico y metafísico; Apenas ayer regresé del D.F., estuve de visita con una parte de mi familia a la que no veía hace dos años. Qué fácil pasan dos años y todo tan igual, tan súbitamente igual. Pero eso no importa. Lo que realmente quiero decirte es que de pronto aparezco en Puebla pensando en la brújula de mi vida. Y entonces PLAF, me deshago de brújula y rutina y meto las manos al bolsillo dándole la espalda a todo. Debo escapar a la playa. Debo tal vez jugarle al Astorni y un día sin decirle adiós a nadie caminar hasta el fondo del mar. Exagero solo para contarte cuanto estos días tienen de insoportables y alegres. Debo tomarme unas vacaciones del Yo. Debo arrimarme a una ventana y dejarme caer unos minutos para volver a mí. Hoy estoy tan cansado que posiblemente sólo me tome un minuto para desear estar contigo, caminando por una calle inesperada, tal vez algún callejón de Edimburgo o Saxen Hausen o la calle Jaén o Ri. Froosina Plaqu o Via Nomentana o el aeropuerto de Miami o el camino de grava que va a Tulijá. Quizá producto de esta naciente magia, inventando un minuto de soledad mientras te espero en La Academia tomando un vino, en Corrientes y Callao. Suposiciones de lugares que amo, unos por conocidos y otros por conocer. Te platico todo esto porque hoy, que han pasado tantos días desde que yo me recuerdo como era (aquí entra Joaquín Sabina cantando Y sin embargo y que me hace pensar tanto en esos días en Londres antes de viajar a Sudamérica y las salteñas y el alegre devenir y el descubrimiento de Ratcliffe Road y Victoria Park rumbo a la primavera y el etc... obviamente transcurrido) digo que me recuerdo como era y como una canción puede significar tanto y al mismo tiempo un cuarto donde ahora tomo otro vaso de agua increíblemente tibia pienso, qué cualidad de bumerang tiene el destino para ponerme aquí en este cuarto donde parece que el tiempo se ha detenido repitiéndose. Soy un poco difícil de entender, pero sabrás que cuando digo todo esto muevo las manos y arqueo una ceja como diciendo, detrás de todo esto solo hay un poeta queriéndote decir te extraño. ¿Quién es una mujer en la distnacia, lo sabes, conoces tu nombre, conoces el mío y sus causas? Si lo sabes, explícame, cómo le hago para no confundir la vida con una carta que se aproxima a su final. Debo atribuir todo esto a que hoy estuve tomando Guiness (imagínate Guiness en Puebla) con Harald y platicando por horas de mi estancia en Inglaterra y preguntándome a veces si ya estaba de vuelta o si todo esto era la señal de que aún no me había ido. Y Sabina y Lila Downs como ejes de la misma tuerca espaciotemporal. Next Station: King`s Cross-St. Pancras Aquí me bajo. Todos los años son el mismo año. Y tú y yo, quiénes somos.



Tuyo hasta donde las fuerzas me sostengan.

(Ya para este momento Janis Joplin con un Summertime en forma de punzada y puerta que se abre)



Gerardo Arturo

martes, mayo 04, 2004

Teoría del misterio o cómo lograr que el lector siga leyendo

Esto puede parecer pretencioso. Sólo quiero jugar y experimentar. Como suelo no tener disciplina para terminar las historias, prefiero hacer este tipo de ejercicios incompletos. Veamos. Cómo iniciar una historia de misterio. A modo de recetas de cocina para completar el esquema lúdico. Los ingredientes son aleatorios. Los iré escogiendo sin mucho

pensar.



INGREDIENTES:

Una ciudad que guarde misterios: Praga (incluyendo nombres de calles y plazas).

Tres nombres que nos intriguen y un anónimo: Rocheteau, Cassandra y el Dr. Minatrelli. El anónimo deforme de preferencia.

Una atmósfera en penumbra: La noche fría de Noviembre.

Un misterio por resolver: Una caja de madera cuyo contenido es indescifrable, que un desconocido entrega a algún personaje de los antes mencionados y despuès de hacerlo desaparece sin rastro.

La òptica de alguien ajeno a ellos y a nosotros: narrador en tercera persona.

Una puerta abierta antes de acabar el capítulo, secuencia o párrafo.: ...entonces entendió las palabras de Cassandra antes de tomar el tren hacia Estrasburgo.

Una pizca de exageración y dos gotas de símbolos para dar sabor al guiso: Un cuervo, la plaza desolada y fría, el reloj de la iglesia construido con huesos humanos.



MODO DE HACERSE: Revuélvalo, agregue detalles al gusto y deje reposar cinco minutos antes de romper la página:



Resultado:





Rocheteau, citado por las consecuencias y la muerte, esperaba al destino en la plaza del pueblo viejo. El reloj de la catedral de San Vitus marcaba casi las tres de la madrugada. Todo era silencio. La noche de Noviembre entraba hasta sus huesos como caricias afiladas del invierno. Pensaba en Cassandra. Hace tiempo, bajo las noches desoladas y góticas, no podía pensar en nada más. Volvió a mirar el reloj y recordó la tarde cuando Cassandra le platicó entusiasmada que las manecillas estaban hechas con huesos humanos. Praga, esa esfera del pasado, Cassandra y sus ojos de jade, ahora cubiertos por la sombra del olvido. El gran ojo de la iglesia era una metáfora de soledad. Rocheteau avanzó unos pasos hacia la fuente donde un cuervo, casi inmovil, lo miraba. Alguien tocó su hombro. El cuervo desapareció en la súbita niebla, dejando un sonido de alas y dolor. Sin decir una palabra Rocheteau tomó la caja de madera que aquel hombre agigantado por el silencio ponía en sus manos. La abrió. En el interior estaba la foto de Cassandra con el Dr. Minatrelli en el laboratorio de Niza, una pequeña rama de sauce y tres Chelines Austriacos. Al levantar la vista el mensajero ya no estaba. Avanzó por las calles tratando de unir los restos de su pasado y la vida con Cassandra. Todo cabía en esa caja. Pero algo más importante estaba por debajo. El Dr. Minatrelli desde otra dimensión de la vida quería comunicarle algo a Rocheteau. Cualquier fuerza que haya arrastrado al olvido a Cassandra estaba explicada en esos sencillos objetos. Llegó sin darse cuenta al Karluv Most tratando de unir las piezas sueltas. Todo era confuso, hasta que un olor a lluvia pretérita logró darle la primera pauta, clavó sus ojos en el río Vlatva, una mueca parecida a la sonrisa lleno su rostro congelado, entonces recordó las palabras de Cassandra antes de tomar el tren hacia Estrasburgo y comenzó a caminar, sosteniendo la caja como si fuera un trozo de su alma herida.





Ahora les pregunto: ¿les interesa la historia, seguirían leyendo algo así? Espero su retroalimentación en el tag o por medio del correo electrónico. Todo esto sirve también para invitarlos a "Terminar el cuento". Si les parece hagamos un esfuerzo lectoras y lectores de este espacio. Escríbanme diciendo como continuaría la historia, de donde vienen los personajes, a dónde van, lo que les parezca relevante, Este relato les pertenece, los invito a escribirlo. Si este proyecto funciona, daré paso a un nuevo experimento denominado PROYECTO MITRA, les hablaré más de esto en un tiempo. Hasta entonces...